Hice el que me decía y
ella se arrodilló ante mí y me va a empezar a pasar un dedo delicadamente por
el vientre subiendo hacia mi pecho: - Me encantan tus pechos, tanto gordos y
anchos. - Me dijo fluiste avanzando el
cuerpo hacia ellos, para besarme suavemente el escote mientras con una mano me apretaba ligeramente el pezón izquierda y yo
soltaba uno: - Ay! Involuntario, seguido de una sonrisa.
Entonces ella se sacó la camiseta de tirantes dejando ver un vientre plano y perfecto con un pirsing al ombligo, una piel morena y brillante y unos pechos pequeños y fuertes, todavía más apretaos bajo aquel sostén deportivo negro y se estiró lentamente sobre la almohadilla mientras me hacía un gesto que me decía: ven ninguno aquí. En aquel momento sonaba Todos los botones de la Beth, la canción me va encienden los sentidos de lesbiana.
Tenía unas ganas locas de lamerle aquella barriga tan perfecta y así lo hice. Me coloqué a su lado y empecé a pasar la lengua por su vientre, jugando alrededor del pirsin de color azul y cogiendo cada vez más confianza y dejándome traer. Ella se contorsionaba de excitación al paso de mis caricias y empezaba a tener una respiración más acelerada y entonces se empezó a baja las mallas y le ayudé. Llevaba un tanga de color lila deportivo que le quedaba genial contra su piel morenata. Le estuve acariciando un rato las ingles a los extremos del tanga y el coño por encima de la tela, haciendo que deseara que le jodiera, y finalmente sin pensármelo dos veces me lamí un dedo y le puse dentro de mi coño de lesbiana. Ella hizo un suspira. Estaba muy mojada, supongo que yo también. Mientras tenía el dedo allá volví a reencontrarme con sus llaves, y su lengua me hizo un recibimiento triunfal. Nos besamos una estonita pero mi lengua estaba ansiosa para empezar la exploración así que me desplacé despacio hacia abajo, disfrutando de cada rincón de la fina piel de Carla, acariciándola con mi lengua: el cuello, el escote, las costillas, el ombligo, el bajo vientre... Y entonces muy delicadamente le saqué el tanga, dejándole todavía puesto a media altura de las piernas y acerqué la cara hacia su coñete. Hacía muy buena olor y tenía un perros pequeñito de pelos suaves y sedosos muy agradable. Le separé las piernas fin-le plegar un poco, de forma que notara la tensión que hacía su propio tanga tenso.
Y entonces empecé a comerle lo coño tal como me gustaría que me lo hicieran a mí, empezando con la punta de la lengua, pasándola suavemente por todas partes, labios externos, internos, etc. Y después haciendo círculos con calma y delicadeza y soltando de vez en cuando una llepadeta pràticament involuntaria y circular en la zona del clítolis. Incrementando despacio la presión de la lengua de forma que finalmente la lengua se regale con círculos alrededor de clítolis cada vez más llevar y turgent. Vigilando de no hacer demasiada presión pero acelerando el ritmo. El secreto la constancia y la delicadeza. Carla estaba que se fundía, y yo orgullosa de mi arte cada vez más caliente sólo de verla en aquel estado. La miré y le dije: - Te gusta? Y ella me recogió y me hizo uno: - Ven aquí. Besándome con desazón.
Entonces me bajó los pantalones y las calcetes todo de un golpe mientras me seguía besando apasionada y me empezó a acariciar mi coño, pero sin poderse contener mucho ya, me acercó un dedo a los llabis y lo besamos entre las dos dejándolo bien mulladet, yo no lo quería dejar marchar, me gustaba jugar con sus dedos entre nuestras llengues, pero reconozco que también me vino mucho gusto cuando me lo puso dentro de delicadamente. Yo estaba que me fundía y ella también. Así que cada una puso el dedo dentro de la otra y enseguida empezamos a contorsionar- nos de nuevo. Las dos estábamos llegando al clímax y nos besavem apasionadamente, nos apretàvem los pezones y nos masturbàvem cada vez con más ritmo y nos grabamos en un vídeo de lesbianas follando. De golpe Carla me cuchicheó: Yo no puedo más, me corro, y dedo y hecho, ya la tenía temblando y enseguida empecé yo también.
Qué noche que pasamos... y después de esta hubo muchas más, y sí, con la excusa de las quedadetes, me aprendí el famoso baile... y muchas cosas más :p
Aila
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